Una directiva de una importante empresa consultora de telecomunicaciones ha abandonado su codiciadísimo y bien pagado puesto para montar una librería de cuentos para niños, al estilo de las películas americanas.

Ha pintado la puerta de verde, y colocado pequeños sofás contra las paredes llenas de cuentos. Ha puesto alfombras de colores sobre el suelo de madera, e instalado una pequeña campanilla sobre la puerta de entrada como siempre pensó que haría. Tiene un pesado tarro lleno de piruletas rojas sobre el mostrador y una antiquísima máquina registradora azul turquesa que rescató de un anticuario que le cobró un ojo de la cara. Huele a esa mezcla de polvo, secretos y recuerdos de cosas que aún no han pasado que rezuman los libros que se van a leer muchas veces, y hay una escalera de caracol de hierro que sube hasta un techo liso y sin marcas donde quizás hace años se abriese una pequeña habitación que no puede dejar de imaginar.

La próxima vez que vaya a Madrid no me la pienso perder. Quiero sentirme físicamente dentro del sueño de una persona que tenía todo lo que cualquiera querría y lo cambió simplemente por todo lo que ella siempre quiso.

8 thoughts on “Sucedió en Madrid

  1. :)
    ¿De verdad?

    Pues la próxima vez que vaya a Madrid te preguntaré dónde es, yo también quiero ver como es posible hacer realidad los sueños.

  2. Verdad que sí Etrin?

    No sé si esta mujer quiere publicidad Laia… al fin y al cabo, la magia de los sueños no es que sea algo que te asalta sin remedio? algo íntimo y que nunca importa si es prohibido…

    De todas formas, de momento ya os digo que yo no sé la dirección. Trataré de averiguarla.

  3. Estoy mentalmente arruinado. Leía tu post y sonaba en mi cabeza con la voz del locutor de los trailers, intercalado con imágenes protagonizadas por Drew Barrymore y… no sé… Hugh Grant?

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