Bajó la mirada al suelo… Sonrió… Y apagó las farolas de diez manzanas a la redonda

3 thoughts on “Luz

  1. Y por qué hay que renunciar a una parte. Ya hacemos demasiadas concesiones como para disfrutar a medias.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *