Biblioteca Universitaria de RabanalesEstamos en época de exámenes… Así que dentro de un rato tocará meterse en la biblioteca hasta las 8 o así que cierran, como cada dia… Ayer en un descanso, salí fuera, a la puerta, a la atestada puerta, donde me encontré con un amigo detrás de otro, gente comiendo, bebiendo, algunas parejitas en pleno momento íntimo… Vamos, exáctamente lo mismo que puedes encontrar en el paseo de la Victoria un Sábado a la hora del botellón… Y con la misma indumentaria, porque otra cosa que no entiendo es… ¿En qué piensa esa chica cuando se está arreglando para ir a la biblioteca, para ponerse tacones? Porque lo de la minifalda, el peinado fashion, o el maquillaje extremo, tampoco lo comprendo muy bien, pero.. tacones! Y en verdad hay cienes!. Yo la he bautizado como «la pijiguay de los cojones», aunque por deformación linguística se ha quedado en «la pijiguay de los tacones».

La pijiguay llega sobre las 5 y media de la tarde a la biblioteca. Ha tardado un rato en elegir el modelito, peinarse, maquillarse, vestirse, etc. y claro, le ha sido imposible llegar antes… Entra a la biblioteca, y se va derecha a la mesa mas lejana de la puerta…

toc, toc, toc, toc… Procura mantener el ritmo cadencioso del taconeo a niveles irritantes, nada de intentar pasar desapercibida… toc, toc, toc… Llega a la mesa y descorre la silla con cuidado (como si ya importase una mierda eso!) y cuando crees que se va a sentar y estudiar calladita…

Antes muerta que sin silla.jpg…Deja la carpeta en la mesa, deja el bolso en la silla, del que saca el tabaco y el móvil, y… vuelve…

toc, toc, toc, toc… …Todo el mundo la mira, -«que mona me he puesto hoy, la estoy partiendo»- debe pensar, cuando tu lo que estás es desesperado por que se vaya a la puerta y se quede charlando de zapatos con todas las demás que pretendan entrar con los puñeteros tacones… Y te deje estudiar que te van a dar una en estadística que…

Luego ves las mesas llenas de bolsos, de carpetas y un monton de pardillos dando vueltas buscando un sitio, desesperados por repasarse el último tema de economía… No hay sitio… Y no creas chaval, la pijiguay no va a volver hasta la hora de cierre, taconeando, pero hablando bajito para no molestar, para recoger su bolso y su carpeta, satisfecha de haber cumplido en la biblioteca como una buena pijiguay empollona…

10 thoughts on “La pijiguay de los tacones

  1. Jajajaja, excelente historia… así son las «fashion victim», o «víctimas de la moda»… hagan lo que hagan, siempre tienen que estar impecables… aunque a veces desencaje totalmente 😛

  2. En mi época universitaria, las pijiguays parecían «Macarenas» por la cantidad de cadenitas, pulseritas y anillitos que lucían… ¡buenos tiempos para los joyeritos cordobeses!

    Gracias por traerme a la memoria esos momentos.

  3. Será por eso que dicen que la joyería cordobesa está pasando un periodo de recesión… Ahora, las zapaterías Granadínas se tienen que estar frotando las manos…

  4. hola!! me he encontrado con tu blog por casualidad y me gusta mucho la manera de escribir q tienes y tu vision sobre ciertos temas, pero aki permiteme discrepar, soy estudiandte de estilismo de indumentaria , me makillo y me pongo tacones todos los dias..no digo q habran muxas pilingis de esas por ahi, pero no porq vayamos makilladas y con tacones quiera decir q seamos tontas y vayamos a la biblio a pasar la tarde…

  5. Hola Lirios bienvenida a casa 🙂

    Lo que comento en el post es la inoportunidad de los tacones en un lugar como una biblioteca, donde el silencio es algo exigible. Los tacones chocan de frente con ésa necesidad como dos talgos en la misma via, uno para Córdoba y otro para Madrid.

    Además, me centro mas en un grupo muy determinado que va a la biblioteca a pasar un rato en la puerta con sus amigas…

    No pretendía criticar una forma de vestir, sino una filosofía de estudio 😉

  6. eMe, en aquel entonces escribiste una entrada que yo misma había escrito.
    Ahora entiendo porqué nunca he ligado en la biblioteca, yo voy con pintas de estudiar!!!
    Tenis, pantalones flojos, camiseta… gafas y una goma con la que me hago una coleta!!

    Y también odio a muerte a las pijiguays de los tacones!
    En la sala de estudio a la que iba, llegaron a poner un cartelito para las «supermodelos»… muy explícito.

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