Ella tiene un halo que la envuelve y que nadie parece ver. Ella brilla, y allá donde va, ilumina, como si a sonrisas prendiese luciérnagas. Y nadie se fija. Ni cuando paga el café, ni cuando llega al trabajo, ni cuando sube al bus. Todos ciegos.
Igual es que no tardaron tanto en fijarse en ella y ya les ha quemado la vista. Atraviesa campos de ciegos que no la ven como yo, que le atienden cada dia y hablan con ella sin preocuparse de escoger las palabras, sin temer sentarse a su lado o aún rozarla con la mano.
Ciegos que no tienen miedo a quemarse sobreexpuestos a La Chica que Brilla.
😀
Me ha costado escribirlo horrores Argento y eso que lo tenía casi todo hecho. Hasta la canción estaba a huevo…
Me flipó ayer tanto que ya lo tenía en mente 😉
Hmmmm… me gustan más estas entraditas sin la imagen. Prefiero, con el olor de las palabras, ponerle el sabor que yo quiera.
Genial, como siempre 😉
Lo siento JT, pero ésta historia no es mía, es de la foto. Por eso 😉
Seee… en el fondo sabía que los tiros iban por ahí. Keep cool!
🙂 Es uno de los posts que mas me gustan, pasa que no doy para escribir la historia tan grande como la noto en la cabeza…
Eso de que no das no me lo creo…
😛
En serio Birubí, me costó así como que tres cuartos de hora escribir diez líneas. Casi es un esfuerzo físico! Y al final no es para nada lo que yo quería contar… Y me pasa a menudo…
Ohhh qué grata sorpresa! Me encanta! Espero algún día la versión extendida algún día que des 😀