-dijo.
No hay momentos buenos para ser valiente… La valentía está bien pagada a corto plazo, cuando la rubia te besa la mejilla y te mira agradecida, pero acaba dejándole a uno admirado de cojones, pero sólo, sin trabajo y sin amigos a la larga… La próxima vez que te dé por dártela de digno, y echarle narices, tripas o cojones, piensa que siempre conseguiste menos con esas partes de tu cuerpo que con un poco de cerebro.
Más triste es arrepentirse de no haberlo intentado, no haber besado, no haber compartido. Es cierto que tras un lance de valentía a veces la vida nos deja solos, sin trabajo, sin amigos y añado más: con el corazón roto (te lo digo con conocimiento de causa). Pero si sólo le hiciéramos caso al cerebro nos perderíamos momentos maravillosos.
Vivimos a corto plazo. ¡Valor! (Y un beso.)
No podría estar más de acuerdo con Etrin, vivir es arriesgar, es apostar, y si pierdes recomponer lo que queda y empezar de nuevo.
Prefiero mil veces que me duela vivir que tener que preguntarme si sigo viva dentro de una burbuja.
¡Valor, eMe!, los cobardes sobreviven, pero sólo viven de verdad los valientes.