Puntos suspensivos colgando de tus dedos. Días, y meses, y años. Dejando en el aire pensamientos sin nombrar.
«Ya sabes…». Y yo creía que sabía, que esos puntos suspensivos eran anhelos a mi favor, un debe en tu cuenta de resultados… Futuros, planes contigo. Carreteras, y mantas. Una cuestión de paciencia… De esperar(te).
Suspensivos, y por ello, valorados, por no ser -al final-, un mero punto, sin más.
Me alegra volver a leerte…
…pues entonces tendré que escribir mucho, mucho, mucho más, Tú. 🙂