Para todos los que no encendemos velas a santos, para los que no solemos rezar, para quienes no tenemos monedas que arrojar a un pozo, y los que no nos fiamos del destino, se inventó el llenar una copa de alcohol y ofrecerle el borde resonante a la de un amigo.
…y brindar siempre porque cuando todo acabe, nos quede un bonito recuerdo.