Madrugadas
Se me rinden las rodillas a las proposiciones indecentes. No nací para olvidarte.
Se me rinden las rodillas a las proposiciones indecentes. No nací para olvidarte.
Hoy no vas a morir. Pero si no te lo propones, quizás tampoco vas a vivir. Muerde, besa, azota. Sácale un pellizco al día de donde menos se diría. Mira a alguien de esa forma que tú sabes que mata un poco. Provoca. Pídete una caña más. Rebaña. Vacila. Sóbrate. No dejes el de la …
¿Quién soy en tu cabeza, en tus recuerdos?. ¿Quién seré yo para ti cuando hables a los demás de mí?. ¿Me quitarás peso?. ¿Seré ya menos de lo que fui?. ¿Dirás que fui menos de lo que fui en realidad? .¿Aún vencerá el rencor?. ¿Me añorarás?. ¿Seré uno de cien?, ¿seré uno de diez?, ¿seré …
Y un día ella deja de reír… De mirar a tu boca, pasó a los ojos, y al tiempo, al suelo, o a la pantalla del móvil. Se le volvieron perezosos los dedos, y ya no sabe desatar tu cinturón, y cada vez más conversaciones empiezan con melancolías y «teacuerdas». Y te preguntas dónde se …
Estaba más guapa que nunca, desde que lo dejamos, hacía ya quince o veinte minutos…