Entierros y destierros

¿Quién soy en tu cabeza, en tus recuerdos?. ¿Quién seré yo para ti cuando hables a los demás de mí?. ¿Me quitarás peso?. ¿Seré ya menos de lo que fui?. ¿Dirás que fui menos de lo que fui en realidad? .¿Aún vencerá el rencor?. ¿Me añorarás?. ¿Seré uno de cien?, ¿seré uno de diez?, ¿seré el único en algo?. ¿Lo reconocerás ante los demás?, ¿lo reconocerás ante ti?. ¿Conseguirás que otros me envidien como yo les envidiaba cuando me hablabas de los demás… cuando me hablabas de él…?. ¿Seré yo el listón que superar para alguien?, ¿el reto de hacerte olvidar?… ¿Lo harías…?. ¿Lo harás…?

Atardeciendo

Y un día ella deja de reír… De mirar a tu boca, pasó a los ojos, y al tiempo, al suelo, o a la pantalla del móvil. Se le volvieron perezosos los dedos, y ya no sabe desatar tu cinturón, y cada vez más conversaciones empiezan con melancolías y «teacuerdas».

Y te preguntas dónde se descolgó, cuando perdiste su luz, cuando dejaste de ser lo que ella quería mirar por las mañanas.

Llévala donde tenga frío, llévala donde huela a tierra. Enséñale atardeceres, llena su copa de vino, prueba su plato, muerde sus botones. Jamás dejes de ser una posibilidad en su vida más que una certeza. Y nunca, nunca, nunca, dejes la tapa del váter levantada.

Reencuentros

Estaba más guapa que nunca, desde que lo dejamos, hacía ya quince o veinte minutos…

Supergirls

Y de repente, confinados, las canciones que sonaban cuando íbamos a bailar, incluso las que no me gustaban, me ponen las manos como las de un playmobil, el cuerpo golfo y la melancolía a punto. Y me recuerdo hace años, meses incluso, derrumbado sobre una barra, con los ojos vidriosos y cansado, pero con una sonrisa en la cara por hacer de cada noche una anécdota, de cada amigo, una historia, y de cada chica, un mundo.