Nadie lo sabe…
…solo nosotros, que somos unos fieras comiéndonos.
…solo nosotros, que somos unos fieras comiéndonos.
Tus piernas desnudas escapándose de un jersey, desparramándose por el sofá. No quiero más patrias ni banderas.
Fragancia de azahar desparramándose desde la plaza de Jerónimo Páez. Rumores de amigos bebiendo gintonics en una terraza. Sonidos de golondrinas acostándose un Martes por la tarde. La torre de la mezquita dorándose al caer el sol contra el azul del cielo cada vez más oscuro. El cambio de hora como anticipo de días largos …
De repente llegó la pandemia, las reclusiones, las distancias, los teechodemenos cruzando el mapa vía satélite. Los sofás se hicieron más grandes, las mantas sobraron, las películas se visionaron de principio a fin, sin motivo para abandonarlas… No hubo botones que coser a las camisas, ni braguitas que zurcir, se arruinaron los que vendían condones, …
Gastando más el culo del vaquero que las zapatillas, viendo pasar la primavera desde la ventana, descorchando las botellas buenas que guardaba en casa y nunca gastaba y usando mas el móvil que el coche. Comprobando que como realmente envejece el cuerpo, es con la vida sana que nos recomiendan. Todo lo que no es …
Tú, a cualquier cosa, ponle tentación.
El problema del alcohol nunca fue la resaca, aunque sí eres consciente al día siguiente. Tampoco es la desinhibición, el perder el autocontrol y hacer más cosas que quieres de las que debes. El único problema del alcohol es tenerte como pecado más prohibido y levantarte al día siguiente sin apenas regusto de haberlo cometido.
Guardaba un cuaderno, repleto de las reglas que me hacían la persona que debía ser. El hijo de mi padre, el amigo de mi mejor amigo, el yerno perfecto en tu casa. Quien iba a decir que ardería tan bien.
Yo que siempre tuve réplicas de sobra, ahora me veo callado, mirándome las punteras de las botas. No me lo tengas en cuenta si río por no follar.
Se intercambiaron los teléfonos, se apuntaron las direcciones. Se estrecharon las manos, se dieron abrazos. Se dieron los besos y se dieron los cuerpos, se intercambiaron los humores, mezclaron los sabores, frotaron sus cuerpos y decidieron no despedirse jamás.