¿En qué mundo vivimos? ¿Cuantas veces habéis oido ésta frase? Yo os la respondo. Vivimos en un mundo donde los mas colgados nos tienen invadidos, colonizados y dominados. Y, para quien aun no sepa de quienes hablo, sí, son los yankis.

Los romanos, romanizaban, imponian su cultura, costumbres y lengua en las regiones invadidas para adherirlas a Roma. Los americanos nos plantan un McDonalds en cada esquina, nos bombardean con publicidad para que nos envenenemos del potingue ese que es la cocacola creyéndonos que es ‘la chispa de la vida’ cuando en verdad para lo que sirve es para limpiar el óxido de los tornillos, nos roban a Beckham, nos venden que han llegado a la luna y nos flashean con sus películas, donde los vietnamitas son unos charlis cabrones que impidieron que los yankis hicieran pleno, y que los pobres del equipo A tengan estrés post-traumático. Que los alemanes eran unos desalmados por su antisemitismo, pero lo de colarles una bomba atómica a los japos en Hiroshima, estaba justificado por la que le liaron a Ben Affleck en Pearl Harbour… Americanizados sin remisión.

Pero no tenemos la peor parte. Al menos nos damos cuenta. A ellos les han vendido que las armas son buenas. Como lo de Oliver y Benji con eso de «el balon es tu amigo» pero con un winchester. Y se lo han tragado. En algunos estados están orgullosos de que tienen derecho a disparar simplemente si se sienten amenazados. En Estados Unidos, un hombre no es hombre si no tiene un arma [de fuego] entre las manos. Una mujer, tampoco es hombre sin ella.

Y así se monta la de cristo y los apóstoles. Un pavo llega un dia, se levanta, y como no le apetece ir a clases, se carga a dos compis de la residencia a tiros. ¿Cierran la universidad? ¿Evacúan las clases? Noooooo!

«Tranquilos, ya se ha ido… Martin, retira el cuerpo chorreante de Johnny y siéntate en su pupitre que vamos a seguir la clase…» – «Por favor Jeremy, agoniza en silencio que ésto es importante!»

Eso sí, llaman a la poli yanki. Un cuerpo compuesto por despojos deseando repartir palos, y les dicen que hay un chino regalando plomo por el campus. La poli yanki es efectiva: Esposan a todos los orientales, a todos los individuos de ojos rasgados, a los que iban deslumbrados por el sol y los que estaban sonriendo. Pero al que lleva dos escopetas no. Ése se va para las clases y deja fritos a todos sus compañeros de clase. Tiro a tiro. Cuando ya no le queda nadie más, como le sobran balas, se vuela la cara.

Ésto allí pasa todos los dias. Y porque no es el momento de la fobia a los orientales, si llega a ser un estudiante musulmán, a los iraníes y sus pruebas atómicas les estarían temblando las canillas…

Dentro de poco hay elecciones a la presidencia en Estados Unidos. No faltará el mítin de los candidatos en un rancho empuñando un rifle, delante de cienes y cienes de colgados aullando y levantando al aire sus rifles. Y Charlton Heston encarnando al típico héroe americano. Con rifle, sin cerebro.

De pequeño me encantaba jugar al Lego, tenía pocas piezas, porque mi madre decía que era un desastre y que con esas me bastaba para tenerlo todo lleno de chirimicos, que era para lo que servía el Lego según ella… Pero era genial… Cada día jugábamos a una cosa. Construíamos tanques y hacíamos guerras, cohetes y viajábamos al espacio… el espacio era la colcha de la cama de mi hermana que era azul con puntitos blancos… construíamos robots y teníamos sesión de Transformers…

Un dia junté todas las piezas e hice un castillo chulísimo. Enorme. Grotesco!. Sus torres, sus almenas, su patio armas, su torre del homenaje… Cuando lo acabé, me quedé mirándolo un rato y lo dejé en el suelo del cuarto. Pasaban los dias y allí seguía plantado el castillo, imponente… estático… Un dia mi hermana quería construir un barco y me cogió piezas del castillo (la muy cab…). Me enfadé muchísimo con ella porque tuve que desmontar el castillo entero, darle piezas y volver a construir. (Sí, mamá no entendía el Lego, pero sí entendía que para que la enana no berrease, había que darle las piezas que ella quisiera). Hasta ese momento no me dí cuenta de que llevaba una semana sin jugar a Lego por no desmontar el puto castillo, y que me lo estaba pasando genial construyéndolo de nuevo…

Que te desmoronen las cosas jode, pero si lo pasaste bien en su momento, volverás a disfrutar montándolas. A veces creémos que no seremos capaces de hacerlo igual de bien. Igual seguro que no, pero si hay interés, bien seguro que sí sale. No hay que dejar que el desánimo nos deje en un punto y aparte clavados. Hay que saltar al párrafo siguiente. Esas torres eran formidables, pero luego me hice un yate que flipas, y me llevé a los playmobil a ibiza de juerga.

Ánimo tigre!.