Me encanta que los planes salgan mal
No puedo planear. No soy capaz de hacerlo, y además, me niego. Si acaso, puedo planear algo, para matar el tiempo, para luego terminar haciendo todo lo contrario.
Fer siempre me pide planes. Tronco! dime qué vas a querer que hagamos este finde!. Y yo suelto la que según todo el que me conoce, es mi frase: No sé…. Y lo desespero, lo vuelvo loco, le da un ataque. Tiiiio!!! que vienes dentro de tres dias!! tienes que decírmelo yaaa!!!
¿Por qué planear?. Si planeas quedar con unos amigos el sábado por la noche, llegará la hora y estarás tirado en el sofá enredado en tu chica, y se pondrá a llover y bajará la temperatura en la calle cinco grados… Es Murphy! …y no falla nunca… el muy cabrón… ¬¬
Planeando algo con cuatro semanas de antelación te aseguras que cuando llegue el finde en cuestión, lo tendrás todo tan pensado, tan calculado que te habrás aburrido de ello y lo que te apetecerá será el plan que justo te proponen el mismo viernes. La improvisación es excitación. Es lo que hace que las cosas puedan salir mal o que puedan salir de una forma que no tenías calculada. Es dejar una rendija abierta a la sorpresa… o la puerta entera…
Piénsalo. El día que llovió, te tuviste que meter en aquella cafetería tan genial que se convirtió en tu favorita. Aquella noche que te plantaron fué cuando te presentaron a aquel tio con quien te corriste una juerga estupenda. Aquel cartel de «cerrado por reformas» en la chapa de su restaurante favorito hizo que tuviéseis que cenar en tu casa… tres veces… Buscando a tus amigos en aquella disco, encontraste a esa chica que nunca te había hecho caso, vestida con su mejor sonrisa…
No podría decidir qué vaqueros voy a ponerme mañana, ¿cómo alguien pretende que decida en qué voy a gastar algo tan valioso como un fin de semana con un buen amigo? Siempre hay cosas que hacer, siempre tienes opciones… Me gusta hacer siempre lo que me apetece…
Éste post es un brindis con mi amigo Fer por las noches mágicas de reyes, dónde él hace planes y Quique González, Cris, Enric y Légolas me ayudan a desbaratárselos.