…porque en ninguna parte te sientes como en casa, cuando ese rincón del bar Trapecio se vuelve tu rincón, cuando recuerdas tantas historias como baldosas, cuando conoces cada arañazo de una barra, cuando sabes que después de esa de Amaral, suena aquella de Sexy Sadie con la que hace eones le mordiste el labio a Laura, tu Laura, la que luego se pasó un año besándose con el gilipollas aquel del corolla… Hasta que se la llevó a Madrid… Cuando te sabes de memoria las inscripciones de la pared del baño, porque la mitad las grabaste tu, cuando te parecía que Elisa sería la definitiva y escribir su nombre en aquel techo, el cúlmen del romanticismo… Cuando dejáis de tropezarte con el escalón de la entrada al salir, de pura rutina, tu borrachera y tu… Y toda tu camarilla, que en ciertos lances, lo que es de cobardes es ir sin compañía…

…cuando no tienes casa, pero descubres que en algunos lugares se ha formado tu sala de estar…

Porque soy un animal de costumbres, porque me gusta sentarme en el mismo lado del sofá, en el mismo taburete, salir a correr por el mismo sitio, cenar en el mismo restaurante, beber en el mismo bar, saludar a la misma gente… Porque me gusta verte todos los dias… Un dia y otro dia, y otro dia, y otro dia…

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