De pequeño me encantaban esas pelis en las que dos personas se buscan sin encontrarse, cruzándose todo el rato, a punto de verse, pero sin reunirse al fin… En un pasillo con muchas puertas, el segundo siempre salía a él un segundo después de que el otro entrase en una de las puertas. En el parque se buscaban y justo cuando se encontraban en el mismo punto, se daban la espalda sin llegar a percatarse el uno de la presencia del otro… Cuando al fín se encontraban la emoción era tal que les resultaba inevitable besarse, abrazarse… (sí, puntos suspensivos…)
ya no hacen pelis como las de antes…
…porque algún imbécil inventó el móvil.
Oh, sí… o cuando algo los separa, pero luego, paseando por las calles de Manhattan, se cruzan, (o se atropellan, que es más tópico pero mola más) y se dan cuenta de que se quieren, y…
Desde luego, el romanticismo del móvil tiende a cero. Demasiado fácil decir «TQ», o peor aún «te kiero». A todas horas.
Algún día me daré el gusto de decirle a una: «Hasta la vista, baby. Cuando nos volvamos a encontrar, nos casaremos.»
Hmmm… Me permito dejarte un viejo y querido relato que me acaba de venir a la mente.
Por supuesto, ya lo había leído JT, pero me encanta que te permitas esas cosas 🙂 Nunca la cajita va a estar suficientemente referenciada en este blog por mucho que la nombremos. Eres un puto Mago!
Conocí un hombre que perseguía que su vida fuese como en las películas de amor… me dejó una chica a la que mas tarde que temprano, yo también dejé, con la sensación de haber vivido una de terror… Llevo años queriendo saber qué fué de su sueño…
Por una vez, te voy a dar la razón.
Era mucho más romántico encontrarse en un sitio concreto, el viernes por la tarde, sin poner hora, y estar en vilo esperando que llegase la otra persona.
Por una vez… Que no me acostumbre no? 😛
🙂
El romanticismo en la era de la tecnología ya no es lo que era.
En otro orden de cosas, en las pelis confiesas tus sentimientos de una forma intensa y profunda, la otra persona flipa y no dice nada, entonces tú te vas corriendo y ella te sigue, te para y te besa, en la vida real llegas a casa solo, humillado y cabreado, es lo que hay.
Aghh… que depresivo que es el presente… necesito un abrazo :_(
Necesitas tirar el móvil Argento… Por cierto, no me estés así, que hoy no es Lunes 😉
Por cierto, el otro dia, rumbo a un remoto spot de windsurf, me acordé de ti, porque mi compañero de viaje resultó ser un fan de Jack Johnson. Y lo mejor es que al rato me dice: si este es bueno, este que te voy a poner es dios. ¡Y me pone a Quique González!
Cuando le dije «anda, el Rey del Rollo Maldito» (parafraseando a un tal eMe) casi estrella el coche de puro entusiasmo 😛
Jajajaja Que grande! Un buen spot semidesconocido, unas tablas, veranito, Jack Johnson, Quique González… Es que hay gente aún por ahí que sabe escoger lo bueno de la vida!
JT, dile la segunda parte!!!!!
😛
Mierda JT, no me digas la segunda parte si me vas a joder la historia!
¿Qué segunda parte? No caigo.
Aunque sí que recuerdo que al comentarle que conocía a alguien que era fan de los mismos, me soltó algo como «¡joder, dime que es tía y que está disponible!».
Ya… yo habría dicho algo parecido… ¬¬
Era eso Birubí?
Eso… ¿era?
Porque si te referías a la parte en que tras la primera y brutal serie salía un monstruo marino cantando «If I had eyes» y se comía mi tabla… debo admitir que no es cierto. Me lo inventé. Siento haberte engañado.
Aunque lo del monstruo me había impresionado, y casi me saca el corazón del sitio temiendo por tu integridad física, aunque pensando en lo rico que te podrías hacer montandole un espectáculo, era lo otro, jejejeje.
😛
Qué mal redacto después de comer!!!!
jajajajaja Necesitas una siesta galleguiña!
JT te compro al bicho!
Jajajaja… Te lo regalo. Yo mientras surfeo prefiero que los monstruos me canten algo más cañero.
Por cierto, Biru, no vuelvas a intentar frases compuestas tras el postre 😛
Si el monstruo canta algo como esto, es lo que mas subidón me puede dar del mundo 😀
Eso si que es un «mohtro»
Eso, después del postre haré otras cosas, 😛