El nombre de Isla Canela siempre me recordará las marcas de tu bikini, el sabor del verano. Ya no puedo imaginarte de otra forma que luciendo en las noches de estío, como el sonido de los hielos en un vaso, el olor de los espetos o el sabor del primer sorbo del gazpacho.

Me pregunto si las secuelas del covid son como no tenerte cerca estrenando bañador. Como la manía de quitarle color a las fotos o comprar esos tomates cherry que quedan tan bonitos en la ensalada pero no saben a nada. Como las piscinas donde prohiben a los niños jugar. Como los bares que no atienden en terraza y las cervezas sin alcohol.

El verano es tiempo de sal. De aliñar la vida y ponerle sabor a todo, porque llegará Septiembre y nos tendremos que abrigar, y abrazar con alguien con la esperanza de disfrutar de alguna manera el año hasta que vuelva a hacer calor. Hasta que se te vuelva a marcar el cordón del bikini, y mis manos puedan volver a andar debajo de tu vestido.

Luces en verano como si estuvieses a punto de hacer botellón. Como si nunca te hicieses mayor.

3 thoughts on “Luciérnagas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *