Estocolmo

Perdida ya toda voluntad, rendida de por vida a sus ojos verdes, maldijo la noche en que sometió a sonrisa la decisión de volver a verla, dándose cuenta del segundo preciso en que grapó el destino de sus mejores días a su sinuosa sombra, para vagar a ras del suelo que ella acababa de pisar, …

Escribe!

…dice. Y se me vuelve todo una frustración, una impotencia, de no encontrar en los dedos la profundidad con que recuerdo sus historias.

Alguien debería pararlo

Se disculpó y se levantó lentamente, la mirada clavada en ella. No podía ser, después de tanto tiempo. No podía ser, con ese color de pelo, con ese corte, con ese mismo brillar. Se despiden en el semáforo. Tres, cuatro veces. Sonríen cada vez que se vuelve a cerrar… y allí siguen. Sin moverse. Sin …

Decreciendo

Fuimos leyendas del bar que nunca estuvo de moda, fuimos los dioses de las esquinas de las iglesias por donde nadie pasaba. Nudos de hilos sueltos, mensajes sin leer en el móvil, transportistas de apuntes, fuimos una hora más tarde de la permitida, copas pagadas con restos del bolsillo. La humildad nos la da la …

Manos en los bolsillos

«He descubierto una canción», «me sobra una entrada», «faltabas tú», «¿irás?» y cien formas de no decirte que me tienes hasta las trancas.