Dame un minuto…

Dame un minuto… – dijo. Y salió por la puerta dejándola entreabierta… Y dos. Y siete. Y la vida entera. Y las llaves del coche, lo que haya en la nevera, mis mejores años, mis domingos de sofá, el último trozo de postre, los buenos días nada más despertar… Y la opción de salir huyendo, …

Nadie lo sabe…

…solo nosotros, que somos unos fieras comiéndonos.

Soy de donde me llaman

Tus piernas desnudas escapándose de un jersey, desparramándose por el sofá. No quiero más patrias ni banderas.

Un beso

De repente llegó la pandemia, las reclusiones, las distancias, los teechodemenos cruzando el mapa vía satélite. Los sofás se hicieron más grandes, las mantas sobraron, las películas se visionaron de principio a fin, sin motivo para abandonarlas… No hubo botones que coser a las camisas, ni braguitas que zurcir, se arruinaron los que vendían condones, …

El aliño

Tú, a cualquier cosa, ponle tentación.